comenzó su carrera artística a mediados de los años sesenta, formándose en el Art Center College of Design de Los Ángeles. Después de graduarse se fue a trabajar a Nueva York como director de arte para varias agencias publicitarias. Posteriormente se trasladó de nuevo a su ciudad de origen donde fundó y dirigió su propia agencia de publicidad. El dibujo y el diseño tuvieron siempre un gran peso en la actividad diaria de Michael.
Sin embargo, toda esta actividad comercial era sólo un medio para vivir, el verdadero amor de Michael era otro: la pintura.
Así que, a principios de los años noventa decidió dejar su actividad en la industria publicitaria y empezó a tomarse en serio su pasión por la pintura. Desde entonces pinta prácticamente a diario y ha conseguido ocupar un lugar relevante en los circuitos artísticos. Actualmente sus cuadros se exponen en galerías de todo el mundo.
En mis pinturas trato de expresar la belleza a través de la orquestación de elementos bidimensionales: forma, valor y temperatura. Procuro nutrirme de la casualidad siempre que puedo y a cualquier escala. La aleatoriedad es belleza: No hay nubes feas.
Domina a la perfección la técnica al óleo y las normas que dictan los cánones clásicos, consiguiendo plasmar con absoluta maestría en sus pinturas figurativas la belleza que emana de escenas particulares.