No busques sentido alguno al título de este post. No lo tiene. Obedece a esas asociaciones libres, absurdas y divertidas que hace la mente cuando se la deja a su libre albedrío.
El nexo es simple, un colorido tipo Juego de Tronos y unos desnudos un tanto dementes, me transportaron directa a la edad media. Más inquisición y menos cachondeo, dirá más de uno. Pero tal vez por lo poco ilustrada que una es en historia, dicha serie es uno de mis referentes más recientes.
La única razón por la que el titular ha soportado la revisión es que la obra de está llena de humor y de irreverencia.
Trucos visuales, elementos variopintos y una carencia absoluta de sentido del ridículo que tienen peculiar resultado. A veces resulta cómico, otras absurdo y la mayoría de las veces freak. Imagino que este fotógrafo polaco treintañero no estará muy en desacuerdo con mi apreciación, porque así titula alguna de las series que os traigo.
Con un sentido del humor ácido, crítico y surrealista, este autodidacta demuestra que los estereotipos, y él mismo, son su blanco preferido.
La paradoja entre composición y postproducción logra un resultado un tantodesestabilizador, pero no en el sentido emocional, sino en cuanto a lo que llamo patinaje de neurona; o lo que es lo mismo, desliz del pensamiento hacia lugares inesperados gracias a la sacudida de la creatividad artística… Pues eso, así de simple… ¿o no?
Como siempre digo, el sentido del humor es el mejor de los sentidos y si tienes alguna duda respecto del que tiene Pawel Bajew, te dejo un par de autorretratos que te lo dejarán más claro.
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