La frágil piel se cubre de oro y símbolos. Metafísica, religión, esoterismo e incluso ciencia, para que el ser humano se sienta fuerte, o para que conecte con esa fuerza interior que fluye bajo la delicada superficie que expone al vacío, al vasto universo.
Frederik Gracia desarrolla una personal técnica mixta combinando fotografía, ilustración y pintura.
En las series de este artículo, el poder de la simbología convierte a los personajes en héroes que pueden sobrevivir más allá del bien y del mal, por arte de alquimia y fe. La tricomía blanco, negro y oro da forma a una narración sobre los anhelos del ser humano que trasciende tiempo y cultura, para conectar con lo más primitivo.
El contraste entre la plenitud del color blanco y la nada oscura representa un abismo que acentúa la fragilidad humana. Los símbolos dorados son escudos llenos de significados esotéricos. La psicología asocia este color con el deseo de liberación, pero también con el poder, la voluntad y la fuerza.
Pero los adornos que cubren los cuerpos desnudos están más cerca del oro viejo que del luminoso amarillo, y esos matices verdosos, que ensucian los símbolos, que ensucian el oro, sugieren envidia, codicia y la traición… bajas pasiones y mínimos escrúpulos.
¿Tan cerca está aquello que nos protege, de lo que definitivamente nos pervierte?
Pero Frederik García no es humano, no existe más que como pseudónimo. En la retaguardia trabajan, desde 2010, los artistas Anna Moran y Riccardo Nannini. Si quieres saber más sobre ellos te recomiendo la entrevista que publica la .
Fuentes: Placer Diario y .
Todas las imágenes © Frederik García.