En una de esas calles de Nueva York, en una de esas esquinas ocultas por la multitud, hay un local chic, que rebosa glamour del raro traído de Francia. Este restaurante llamado tiene unos propietarios muy listos y con muy buen gusto, ya que han sabido ponerse en muy buenas manos para el diseño de su marca. Hablo de y un par de diseñadores gráficos algo locos que se lucen con cada proyecto que estrenan.
En Le Turtle tenemos un rosa chicle como color corporativo; tenemos una tipografía llena de ángulos rectos, sin una sola curva, ni una sola línea oblicua. El contraste entre el rosa y el negro es muy potente, por si con la tipografía rebosante de personalidad no teníamos bastante, añádele las franjas blancas y negras que decoran algunos objetos corporativos.
Y eso no es todo, porque la decoración del garito no deja indiferente, ¡cómo para pasar de largo! Bellos materiales delicadamente tratados junto a tosco cemento en interiores brutalistas.
Dicen por ahí que además la comida es cosa de paladares exquisitos, que los camareros, vestidos de presidiarios, toman notas en un idioma jeroglífico y que los caldos son los mejores de toda Francia.
Si paso por Nueva York no me lo pierdo.
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