“Los espacios públicos y urbanos solitarios apasionan al fotógrafo francés .“, escribía hace poco mi compañera Nuria en su precioso post Kids’ city. Hoy me gustaría enseñaros otra serie del fotógrafo francés afincado en Nueva York: House of Books. Dedica toda la serie a bibliotecas, sobre todo parisinas y/o universitarias, aunque también se atreve en Boston y Roma.
Mi madre era conservadora de biblioteca, así que de niña pasé muchísimo tiempo en estos edificios, a veces majestuosos y brillantes, otras austeros y fríos; allí recorrí las salas: oscuras de los archivos, llenas de luz para atender al lector, antes, durante y después de los horarios de apertura pero siempre con un secreto, un susurro. No, entre las estanterías nadie hablaba con voz alta, sólo los libros gritaban pidiendo atención, llamando con su olor peculiar y tan suave para que alguien los abrazase, para que alguien los leyese.
Cada biblioteca es su propio mundo, llena de las almas de los autores que nos susurran sus secretos.