La obra de Marina Anaya tiene tal cantidad de besos por centímetro cuadrado que no es apta para diabéticos. Un sólo vistazo y los niveles de glucosa en sangre se disparan, tanta es la dulzura que desprende cada lienzo.
Hay besos para todos los gustos en la obra de esta licenciada en Bellas Artes que, con un estilo Naïf y vivos colores, exhibe optimismo, generosidad y una apasionada confianza en el ser humano. Una tierna mirada que algunos calificarán de ingenua… pobres, ellos se lo pierden.
En esta recopilación, las personas se besan en todas parte, en todas las estaciones y en todas las épocas de su vida.
Los sentidos tienen inteligencia, y los labios son los alumnos aventajados de la clase. Todas tenemos (en teoría) algo que se llama inteligencia corporal, una capacidad con múltiples aplicaciones y utilidades que te permite, además de captar determinados ingredientes del entorno y articular una suerte de “intuición”, unir cuerpo y mente para un desempeño exitoso de las cuestiones de la vida.
A la vista de esta extraordinaria capacidad, puedo pensar que cada beso nos hace más sabio. Más atentos, más generosos, más comprensivos. En cualquier caso, con o si razón, no dejes nunca de besar… el mundo necesita tus besos.
Te deseo muchos besos, con este post que completa mi primer centenario en Makamo #HappyHappy 🙂
Todas las imágenes © . En su web están disponibles para la venta algunas de sus obras.