Podría decirte que le dedico este recopilatorio al whisky porque es mi bebida alcohólica favorita, pero te mentiría. Me gusta, eso sí. Igual que me gusta el ron, el vodka, la ginebra… ¡no le hago ascos a nada!
Me la estoy dando aquí de bebedora experimentada y, ¡nada más lejos de la realidad! Seré sincera contigo: hace años que no me tomo una copa, (debido a mi maternidad). Antes sí que le daba los fines de semana, pero he perdido todas mis horas de vuelo. Ya verás, la próxima vez que me tome una de estas me pareceré mucho a una quinceañera con su primera copa.
El packaging es una de mis grandes debilidades, es algo que me enamora. Dentro de sus miles de formatos posibles está el del vidrio. Es limpio, brillante, transparente… y frágil. Creo que las etiquetas de esta bebida de origen escocés están algo encasilladas en un estilo determinado que se supone que los identifica. Las hay buenísimas, pero a mí me atraen más aquellos diseños que se aventuran por nuevos caminos.
Adelante con mi selección, ¿cuál te pides?
Stranger & Stranger (Nueva York)