Probablemente ya conozcáis el trabajo de la artista que os muestro hoy, en su extensa carrera ha trabajado para numerosas marcas en el campo de la publicidad y vídeo juegos, entre otros, además de haber expuesto en gran cantidad de galerías; pero me topé hace poco con una relacionada con una exposición en la que está participando y sus criaturas me hipnotizaron, de manera que no he podido evitar dedicarle esta entrada.
Se llama y es una artista japonesa que tiene una gran habilidad para visualizar paisajes oníricos llenos de criaturas fantásticas y plasmarlos en vibrantes pinturas rebosantes de color y fantasía. Su arte es una mezcla de psicodelia delirante y ternura ingenua propia del género kawaii nipón. Encuentra la inspiración en imágenes de la infancia, especialmente en juguetes y animales, como peces e insectos.
Según comenta en su web, su criaturas viven dentro de ella:
“Aunque soy una persona pequeña y corriente, las imágenes que salen de mí son extrañas e intensas. No es fácil dar forma a mis criaturas, para mí es algo así como dar a luz un hijo, tengo que alimentar y ayudar a esas imágenes sin forma para que lleguen a ser algo. Es un placer pero al mismo tiempo, es doloroso. Siempre han estado ahí y no dejaban de decirme todos los días que querían salir, así que no me quedó otra opción que ser pintora”