Con una técnica sorprendente y una formación básica en arte, que suplió por cuenta propia, la joven Silvia Pelissero se convirtió en Agnes Cecile. Una artista consolidada cuya obra arrasa en Internet: más de 84.000 fans en , más de 100.000 sucripciones en ,
Su éxito en redes sociales pone de manifiesto la admiración que el público siente por su obra sus documentan su proceso creativo y el flujo mágico que se produce entre la artista y su obra. Son imprescindibles.
Ella dice, que en sus cuadros lo real y lo abstracto se entremezclan para que de ese modo penetremos en la abstracción sin miedo, en paz; la figura reconocible es como un ancla que nos acerca que nos ayuda a dejarnos llevar por la parte más abstracta de la obra. ()
¿Nos asustan los zapatos rojos que pueden llevarnos danzando a sitios a dónde tal vez no queremos ir, de dónde no sabemos salir? Cecile no tiene miedo. Trabaja y vive desde la paz de su mente (). Su viaje creativo traduce pensamientos y emociones en imágenes llenas de luces, sombras y toda una paleta de colores se hace expresión.
Miedo a nada. Luz a raduales, incluso en los dibujos en blanco y negro. La obra de Cecile va más allá de la introspección sentimental y llega a los pensamientos, el origen de nuestras emociones. Allí dónde nace nuestra visión del mundo. No son sólo retratos humanos llenos de expresividad. Los rostros de Cecile, reflejan seres pensantes y reflexivos, personas que nos rodean, relaciones difíciles, soledades compartidas, soledad sola y consciente, paz interior, anhelos constructivos o no tanto.
Algo que empieza en la cabeza, cómo un pensamiento automático, se queda fijo y se expande de forma apartentemente caótica a través de gotas que fluyen por un lienzo ¿quién sabe dónde llegarán?
Fuentes de la autora: ,
Otras fuentes: y
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