Soy fan, muy fan y he decidido analizar el porqué.
Me gustan las fotografías en las que no aparecen personas. Más concretamente, las que de verdad me entusiasman son las fotografías urbanas en las que no hay ni un alma. Hay edificios, mobiliario urbano, formas, geometría, colores, contrastados o no, texturas… Pero siempre hay ausencia, soledad, no hay nadie donde debería haber alguien. Es como si un espacio creado para ser usado por las personas, las echara de menos, esperara a sus ocupantes.
A mí estas imágenes me parecen frías por esa ausencia humana. Sé que hay otras personas que no opinan como yo, pero conste que la frialdad no es algo negativo. Creo que es exactamente esa frialdad lo que me atrae tanto de este tipo de fotografía.
Y hay algo más… Acostumbrados a ver la ciudad y la arquitectura, como un todo global, cuando el fotógrafo elige sólo una pequeña parte adquiere cierta apariencia de irrealidad, de ser algo ajeno.
El joven alemán residente en Berlín, es un excelente fotógrafo de la ausencia. Uno de esos que va cámara en mano viendo lo que los demás, que pasamos mil veces por ese lugar, nunca vimos. Y es que esto es como lo del color del cristal con que se mira, los hay que tienen el punto de vista y además la herramienta para plasmarlos. Composiciones, combinaciones de formas y colores, que dan como resultado imágenes visualmente muy atractivas. Cada una es un poster que podrías colgar en tu salón.
Todas las imágenes ©