Las solitarias figuras femeninas de la fotógrafa italiana Monia Merlo parecen bellos objetos desechados: frágiles, enigmáticos, melancólicos y llenos de huecos por donde escapa la luz.
Espejos y enigmas: el trabajo de esta autora parece coagularse en torno a estos dos polos. Las mujeres retratadas son imágenes proyectadas de la propia autora y a su vez transmiten al espectador el misterio que la envuelve.
Monia insinúa pero no cuenta. Proyecta la historia en un espejo interior que hay que saber mirar para descifrar. Misteriosas escenas pictóricas y una cuidada ambientación sirven a la fotógrafa italiana para intensificar la densa soledad de las protagonistas.
Una sensación de abandono parece flotar sobre estas mujeres que se doblan sobre sí mismas, melancólicas y distantes. La ausencia de objetos superfluos en la ambientación amplifica la atmósfera de pureza. Sólo la esencia tiene voz no hay ruidos superfluos. Espacios abandonados, paredes desconchadas, objetos casuales llenos de simbología. Ni lujos, ni escondites para la mujer que está ante si misma.
Monia explora el concepto de identidad y se lo cuestiona. En su reflexión creativa contrapone vida y muerte, mente y corazón, fragilidad y fortaleza; la esencia de lo femenino allá donde el renacer de la naturaleza va dando forma al tiempo. La catarsis es bienvenida porque se entiende en su verdadera y renovadora dimensión.
Estudié arquitectura, me gradué en 1999 en el Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia y en el 2000 fundé mi estudio profesional. Entre 1999 y 2008 compaginé mi actividad de arquitecto con la de colaboradora docente en la Universidad de Venecia. Hace unos años, uní a mi trabajo como arquitecto, mi pasión por la fotografía, la cual pasó a ser mi principal medio de expresión. De manera que ahora, la fotografía ya no es sólo una investigación sino también un trabajo. Durante los años de formación estudié historia del arte y también historia de la fotografía con . Desde un punto de vista técnico soy autodidacta.
Actualmente vivo en la ciudad donde nací y crecí: en Bassano del Grappa, en el Véneto. Trabajo como freelance, lo que me permite por ahora, mantener el equilibrio entre la fotografía y la arquitectura.
Encuentro inspiración en la poesía, en el arte, en el cine. Siento curiosidad por muchas cosas, pero la inspiración también nace de lo que hay dentro de mí. En la fotografía expreso lo que siento, lo que pienso.
Es una ruta de búsqueda. Mi relación con el medio es casi obstinada y me permite expresar mis preocupaciones, esas de las que es difícil hablar.
Cuando tengo un proyecto en mente, lo primero que hago es buscar un lugar donde hacer las fotos. Por lo general, visito primero el lugar y tomo fotografías, luego llego a casa, hago bocetos, tomo notas. Por tanto hay una etapa de planificación previa. Cuando me pongo a hacer fotos con la modelo, ya tengo en mente el encuadre y la composición final. Pero a veces sucede que mientras trabajo surgen otras inspiraciones, como si se insinuase una desviación, un elemento inconsciente integrado por la memoria.
Disparo con luz Natural. Me gusta darle a mis fotos una apariencia “pictórica”, por tanto la luz y el color son combinados persiguiendo este objetivo. En las fotos la luz irrumpe para enfatizar los detalles, para dar profundidad y plasticidad a las figuras. El color suele perder sus connotaciones realistas: es desaturado y procesado para enfatizar la sensación de suspensión que domina las figuras femeninas retratadas.
Entre los artistas que admiró está , la conocí hace años por casualidad cuando me topé con un libro monográfico sobre ella en el . No sabía nada de ella, pero en unos días me compré varios libros y leí su biografía. Me encanta también Paolo Roversi, Deborah Turbeville, Sarah Moon y el trabajo de Louis Ghirri, a quien conocí a través de una exposición de Aldo Rossi: me encanta su atmósfera enrarecida y me quedo embaucada cada vez que veo sus fotos del estudio de Giorgio Morandi. Un verdadero poeta. He leído casi todos sus textos.
Gracias a Monia Merlo por su amabilidad.
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Todas las imágenes © Monia Merlo.