Es de noche, hace frío. Un hombre sólo, un barrendero recoge hojas, montones de hojas de otoño. Todas iguales, dentro de negras bolsas de basura. La plaza ha quedado limpia. El hombre, deja la última de las bolsas repleta hasta arriba de hojas rojas, todas iguales. ¿Iguales? No, una es diferente. Ahí es donde empieza la magia.
Cuando vi este video no pude evitar preguntarme por qué habían elegido el paso del otoño al invierno. ¿Porqué no la primavera? Tan alegre y con tanto colorido… ¿Porqué no el verano? Más festivo y motivador… Pero no, ellos eligieron el otoño, una estación triste y lánguida y su paso al invierno, una estación fría y gris.
Después me iluminé y me di cuenta de que no podía haber un momento más mágico. Desde hace miles de años, el hombre viene celebrando esa fecha como un algo muy especial. El solsticio de invierno, el instante en el que el sol deja de descender cada día más, para empezar a ascender cada día un poquito. Es el momento en el que el hombre antiguo celebraba que el mundo no se acababa porque el sol no iba a desaparecer tras el horizonte para siempre.
Así, esta pequeña película, con sus aves de origami brillantes que vuelan hacia la luz, hace su particular homenaje a esta fecha, totalmente ignorada por su cercanía a la Navidad.
Los autores de este corto mágico son y tres animadores 2D. Los tres, recién graduados en la Escuela de animación LTAM de Luxemburgo (Lycée technique des Arts et Métiers). Realizaron este corto como proyecto final de carrera el pasado 2013. No lo estrenaron hasta ahora porque les faltaba solucionar el tema del sonido. Ellos son expertos en animación 2D y querían que de la parte de audio se encargara otro profesional de ese sector.
Desde Makamo les damos la enhorabuena por su graduación y esperamos que nos deleiten con más cortos como este (o mejores). Nosotros estamos ya bien metidos en este invierno frío y gris, ya nos queda poco para empezar a salir a la calle a tomar el sol y dar la bienvenida a la primavera.
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