Somos partes pequeñas que forman un todo global. Y ese todo es a la vez una parte pequeña de algo aún mayor, así sucesivamente. Mosaicos, dentro de otros mosaicos, bellos trocitos de colores que solos no parecen nada, pero que al unirse forman una imagen.
Mosaicos es lo que hace el artista y diseñador griego residente en Atenas Este hombre es un auténtico maestro en esta técnica que podríamos considerar arcaica, pero que, visto lo visto, sigue muy viva en sus obras. Este último proyecto suyo nos traslada a África, un exótico continente que Charis Tsevis adora y conoce bien. Ha viajado muchas veces allí e incluso se ha casado con una mujer sudafricana. La familia de su esposa tenía previsto abrir su segundo restaurante Sasi en Atenas y pidieron a Charis que los ayudara en la decoración. Él accedió encantado.
Me pidieron que crear una serie de obras de arte inspiradas en la vida africana cotidiana, haciendo un tributo homenaje a Shaka Zulu y la larga tradición de los zulúes, Ndebele, Xhosa y todas las tribus de la tierra.
Las coloridas piezas me han trasladado a África al instante. Están formadas por bloques, como los ladrillos que se utilizan para construir las casas matchbox típicas en los municipios africanos.
El ladrillo para mí es un símbolo de la creatividad de las personas. Un símbolo de la valentía de construir un lugar seguro para la familia.Cada ladrillo está a su vez decorado con motivos étnicos, ya sean pieles de animales, telas, arte…
El trabajo final se ha impreso en madera con siete colores más el blanco, que hace parecer que los bloques sean pedazos de papel pegados. A esto se le han superpuesto dos capas de barniz. Un viaje a la no tan lejana África de las manos y la mente de Charis Tsavis.
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