Hace algunos días me hallaba sumida en un deambular anárquico y casi inconsciente entre tableros de Pinterest, cuando de repente una imagen impactó en mi retina y me sacudió. Apresuradamente pinché en la miniatura para aumentarla y poder ver el dibujo con más detalle; entonces el tiempo se detuvo y una inmensa emoción me inundó. Supongo que sabéis de qué os hablo, ese momento mágico en el que te encuentras ante una obra de arte, pura poesía, y todos tus sentidos quedan atrapados en ella.
Después de unos instantes, volví a la realidad y entonces quise saber más: investigar su procedencia, quién era el autor o autora, si tendría más dibujos similares a ese. Pinché un par de enlaces y llegué a una , firmada por alguien que se hace llamar Graf n’ Arq, fue estupendo, sentí una gran euforia al ver que había decenas de retratos de tal delicadeza y belleza, que me dejó sin aliento. Había descubierto un tesoro.
Busqué por internet más información sobre el autor, pero no encontré nada, terminé aterrizando en y decidí enviarle un mensaje, solicitándole alguna información para poder escribir este artículo. Me ha devuelto un texto precioso, rico en detalles, sincero y emotivo, igual que sus dibujos, así que os lo transcribo tal cual:
Soy arquitecto, simultáneamente con el inicio de la carrera comencé a trabajar como dibujante en estudios de arquitectura; arquitectos de vieja guardia, con mucho sulfito, grafito y planos a mano alzada, “el dibujo arquitectónico es rápido, debe verse espontáneo y sólo puede mentir si es para acercarse a la realidad”.
No tengo formación académica en dibujo artístico. En mi casa había libros de pintores clásicos, renacentistas e impresionistas, a mí me atraían las últimas páginas donde abundaban los bosquejos, los dibujos de estudios donde los maestros revelaban su magia. La misma atracción que me producían Da Vinci, Miguel Angel, Degas, Manet, Lautrec, Klimt, Schiele y Mucha la encontré en las revistas de historietas como Fierro y Cimoc donde conocí a Fontanarrosa, Moebius, Alberto Breccia, Milo Manara, André Juillard y tantos otros. Desde pequeño copiaba los dibujos que me gustaban e intentaba descifrar qué era lo que hacía que esos dibujos me gustaran. Creo que hoy sigo haciendo lo mismo, me gustan las expresiones mínimas en los rostros, a través del dibujo trato de descubrir eso que me atrae e intento trasmitirlo.
Mi técnica es bastante cruda, expuesta, no tiene grandes misterios. Dibujo con lápiz mecánico, grafito 2b 0.5. Si es necesario los edito trabajando el contraste o la gama, siempre manteniendo la textura, los escaneo en alta definición y los publico con detalles. La idea es mantener la percepción del original en la pantalla, y muy pocas veces uso colores; son vicios que acarreo de mi trabajo.
Mis musas pocas veces las conozco y siempre las descubro. El mejor halago que recibí sobre mis ilustraciones: “emanan inteligencia”. Nombro los dibujos con frases de canciones de la música que escucho mientras dibujo. Cuando tengo la posibilidad, le pido a ella que elija esa canción, creo que conforma un complemento al trazo y al carácter. De alguna forma, me gustaría que el observador escuchase a la vez.
En mi tiempo libre, al final de la jornada, luego de proyectar y diseñar todo el día, abandono la arquitectura y empiezo mi terapia, trato de llenar de pasión mis trazos, lo necesito, me hace bien, busco a mis musas y me enamoro en cada dibujo, me confieso, como en toda pasión abandono y vuelvo día tras día; no me apremia el tiempo y no hay dinero que lo pague; es mi tiempo… libre.
Graf n’ Arq, “gráficos y arquitectura” quedó en grafnarq, y nunca me preocupé en cambiarlo.
Soy montevideano.
En atesoro lo que admiro e inspira mi portfolio: en , en , en .