La ilustradora puede decir con orgullo que la publicidad se rindió al arte. Su trabajo luce y da esplendor a campañas publicitarias para marcas como Audi, Apple, Bombay Sapphire, Dell o New York Times.
Llena de texturas y geometría, la obra de Tong crea una experiencia sensorial o, como afirma la autora, un zumbido de belleza a partir de la rítmica sucesión de imágenes y tipografías danzantes. La idea que subyace se va conformando a partir de repeticiones que se complementan o entrecruzan. Simetría y movimiento con formas redondeadas.
Aunque no queda espacio libre en el lienzo, para compensar el desasosiego visual la artista utiliza una paleta casi monocroma que capta la atención sin estridencias alejándose del delirio compositivo propio de otros autores, que se inspiran también en el fractal y la psicodélia.
Si el resultado resulta armónico no es casualidad, son matemáticas. El orden y el equilibro de sus enigmáticas representaciones es pura matemática. De hecho, le gusta resolver ecuaciones y problemas, por más que pueda parecernos una paradoja cerebral al común de los mortales o al observador poco entrenado. Pero no es el primer artista con cerebro de científico del que hablamos en estas páginas ¿verdad?
En la obra de Tong se refleja la influencia de la moda, el hiperrealismo y su afición a los puzzles. Trabaja a mano alzada desde su tableta con Illustrator o Photoshop y con una meticulosidad que ya les gustaría a nuestras abuelas bordadoras (sin hacerlas de menos, por supuesto).
Sus tipografías son especialmente interesantes por su impacto visual y su movimiento rítmico, no necesitan nada más para llenar la composición ¿a quién os recuerda?
Campañas publicitarias
¿Se puede ordenar el caos? Tal vez el fractal es la demostración de que la naturaleza tiene un orden escondido dentro de sus piezas más caóticas. Tal vez, cada vez que un artista sueña con la obra perfecta se hace un fractal.
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