Cuando encontré el trabajo de William Harrison, me quedé desconcertada durante unos minutos; en la descripción de sus obras ponía que eran dibujos, pero a mí me parecían fotografías en blanco y negro. Me costó asimilarlo. Y parece ser que no he sido la única a quien le ha pasado, porque lo primero que ves cuando entras en su web es un mensaje que dice:
“Sí, esto son dibujos, no fotografías“.
Pasé un buen rato navegando por las galerías y secciones de su web, lo que me permitió descubrir que, además de ser un excelente artista, con unas cualidades increíbles para el dibujo, tiene un sentido del humor -o del sarcasmo, que cada cual haga su lectura-, que podría competir con su talento artístico. Al menos eso es lo que se deduce cuando lees su biografía, de la cual os transcribo algunos párrafos:
William Harrison es un reputado artista internacional, gordo, calvo, barbudo, e increíblemente guapo, cuya influyente obra de 1912 “Desnudo con hamburguesa de queso bajando la escalera”, marcó tanto el inicio del movimiento cubista, como el de la publicidad moderna […]
Su conexión con el arte se remonta a su infancia, en los suburbios de Chicago, donde creció en el mismo barrio que Tiziano, Rembrandt y Picasso. Y aunque los libros de historia no lo mencionan, cuando era un joven aprendiz ayudó a Miguel Ángel en los trabajos de la Capilla Sixtina, sujetándole la escalera. Todavía recuerda cuando Miguel Ángel le gritaba “quieres dejar de mover la maldita escalera ¿eh?”
Dice que su trabajo habla por sí solo, eso es indiscutible, y que si alguien está interesado en saber más de él, que contacte con alguno de sus galeristas.
Todas las imágenes © William Harrison |
Si te gustan los retratos hiperrealistas, a lo mejor te gusta también: